Osho, en “Intuición. El conocimiento que trasciende la lógica”*.

Los descubrimientos científicos son siempre fruto de la meditación, no de la mente. Aquello que surge de la mente no es ciencia sino tecnología. La tecnología es poca cosa; no es la visión en sí sino la puesta en práctica de esta visión. La tecnología es fruto de la mente porque la propia mente es un instrumento tecnológico; una tecnología biológica. Todas las máquinas surgen de la mente porque la misma mente es una máquina. Pero de la mente nunca surge ninguna visión porque no hay ordenador que pueda proporcionar una visión. Las visiones vienen del más allá. La mente no es más que la capa exterior de tu cuerpo; las visiones surgen del centro de tu ser.

La meditación te conduce al centro. De modo que cuando digo que la mente es el lugar equivocado, quiero decir que no te identifiques con la mente. No te conviertas únicamente en tu mente; tu eres mucho más que eso, mucho más que la mente. La mente no es más que un pequeño mecanismo que hay en ti: utilízalo pero no te identifiques con él.

Ocurre lo mismo que cuando conduces un coche; es un mecanismo que utilizas pero no te conviertes en un coche. La mente es una máquina que hay dentro de ti pero no te identifiques con ella, no hace falta. Esa identificación es una equivocación. Cuando empiezas a pensar: “soy la mente”, quiere decir que vas por mal camino.

Debes ser consciente de esto: “yo no soy la mente sino el maestro de la mente. Puedo utilizar la mente”. De este modo la mente es un buen instrumento de gran valor. Puede crear una importante tecnología.

*Pág. 163

4ed. – Buenos Aires : Grijalbo, 2006.

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